martes, 27 de octubre de 2009

Cuando el cliente deja de ser lo primero

España pierde la vergüenza y aprende a denunciar los abusos de las empresas - Los usuarios se rebelan contra una práctica de moda: ofrecer mejores condiciones a los nuevos contratos

RAMÓN MUÑOZ 27/10/2009

La recesión ha elevado a la categoría de dogma el viejo lema del comercio El cliente es lo primero. Con el consumo bajo mínimos y los precios despeñándose por el tobogán de la deflación, las empresas no se pueden permitir el lujo de tratar mal a los maltrechos consumidores. Pero, paradójicamente, las quejas de éstos se han multiplicado. De una parte, la reducción de costes por parte de las compañías de servicios, la búsqueda de ingresos extra y prácticas poco éticas por arrebatarse los clientes entre ellas han disparado las reclamaciones. Al mismo tiempo, la estrechez de los bolsillos de muchos ciudadanos activa sus ganas de pelear por sus derechos.


Se reclama más y por más cosas que nunca. El total de reclamaciones recibidas en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de enero a septiembre ascendió a 258.959, casi 100.000 más que las practicadas en el mismo periodo del año anterior, lo que supone un incremento del 57%, según los datos preliminares de esta organización, única que tiene estadísticas actualizadas. Extrapolando este dato al conjunto de reclamaciones recibidas por todas las organizaciones de consumidores, se estima que, por primera vez, en 2009 se pueden rozar los dos millones de consultas.

La crisis ha sacado a relucir la ira del comprador. Uno de ellos pidió a la OCU que reclamara porque su bolsa de patatas fritas estaba "más vacía de lo normal", aunque se comprobó que el peso era el que figuraba en el envase. Otro pedía daños y perjuicios porque el perrito mascota que compró creció más de lo previsto, y hasta hubo un asociado que planteó una reclamación porque se le rompió su preservativo, su pareja se quedó embarazada y pretendía que la empresa de preservativos asumiera los gastos de manutención.

"La gente ya no pasa ni una. Se presentan quejas que hace un año y medio hubieran sido impensables por asuntos casi anecdóticos o por cuantías inferiores a los tres euros. Creemos que, en general, las compañías se están esmerando en atender al cliente, porque no se pueden arriesgar a perder los pocos que les van quedando. Pero éste ha aumentado mucho su nivel de exigencia. Se está perdiendo la típica vergüenza española a reclamar, a poner por escrito lo que antes sólo se protestaba de boca", dice Ileana Izverniceanu, portavoz de OCU.

El sector que más quejas sigue acaparando es el de la telefonía y acceso a Internet, curiosamente uno de los que goza de mayor competencia. Teniendo en cuenta que hay más líneas de móviles que población (53 millones por 44 millones de habitantes), es decir, que todos los ciudadanos tienen ya un móvil en su bolsillo (y algunos más de uno), a las compañías no les queda más remedio que robarse los clientes entre sí, porque ya no quedan nuevos caladeros de clientela a la que cautivar.

La introducción del mecanismo de la portabilidad, que permite al usuario cambiar gratis de compañía conservando el número, ha dado lugar a un fenómeno casi inaudito en Europa: la infidelidad casi promiscua del cliente hacia su compañía telefónica. Sólo en lo que va de año, casi tres millones han cambiado de firma de móvil. Incluso en agosto, un mes poco dado a trámites administrativos, 344.276 usuarios portaron su número de móvil hacia otra compañía, un 25% más que en el mismo mes del año pasado. Algo parecido ocurre en la conexión a Internet. Más de 100.000 clientes al mes se dan de baja y se pasan a la competencia.

La lucha por el cliente es casi cuerpo a cuerpo. Llamadas y envío masivo de sms desde call center (a veces a horas intempestivas), regalo de teléfonos y, sobre todo, ofertas deslumbrantes con planes de tarifas que suponen un importante descuento o una mejora de condiciones sobre las que disfrutan los que ya son clientes. Precisamente, el abuso de esta práctica de marketing está desatando la irritación de miles de consumidores que se preguntan: ¿por qué si llevo toda la vida en esta compañía tengo que pagar más que uno que acaba de apuntarse?

Un ejemplo práctico y real. Rosario tiene contratado el Dúo de Telefónica, de tres megas con llamadas nacionales. Paga 62,4 euros al mes (IVA incluido). En abril de 2008 le sorprende una oferta para nuevos clientes de su proveedor: 20 euros menos por el mismo producto. Llama indignada a atención al cliente. Le tranquilizan diciendo que es sólo una promoción de seis meses de duración. Aún así insiste: no está dispuesta a pagar más por lo mismo y amenaza con darse de baja. En el departamento de bajas donde le transfieren comprueban su situación y aceptan la negociación. Como quiera que tiene una antigüedad de más de 18 meses y siempre ha estado al corriente de pago aceptan rebajarle la factura durante doce meses hasta los 46,6 euros al mes. A Rosario le dura poco la alegría. La compañía aumenta la velocidad hasta los seis megas y vuelve con otra oferta para captar clientela por menos de 40 euros. Por si fuera poco, en mayo de 2009 la promoción, de la que por supuesto Rosario se había olvidado, concluye y le vuelven a cargar los 62 euros. Vuelta a la indignación, reclama. Quiere darse de baja a toda costa. Sólo ante esa amenaza aceptan subirle la velocidad a seis megas y reducirle la factura mensual a 46,6 euros, aunque no le devolverán el importe de las dos mensualidades que le han cobrado de más. Rosario se sentía satisfecha por su impenitente lucha contra la compañía. Hasta que la semana pasada puso la televisión y vio un anuncio: "Dúo de seis megas de Telefónica. Los primeros cuatro meses pagas 12,95 euros (más IVA) y los siguientes ocho meses 27,95 euros". Otro caso: si quiere hacerse con un iPhone, y se pasa a Movistar le puede salir gratis firmando un compromiso de permanencia de 18 meses, y contratando una tarifa de voz mínima de 40 euros al mes. Si ya es cliente, le costará 114.300 puntos y firmar por dos años.

El ejemplo se podría aplicar a muchas otras compañías, tanto de telefonía móvil como de seguros, bancos o televisión de pago, que están a la caza del cliente ajeno descuidan el propio, dándole por seguro. Para Eugenio Ribón, responsable jurídico de CEACCU, "se trata de una deslealtad y una práctica discriminatoria hacia los que ya mantienen una relación contractual con la entidad. Las compañías se centran en la captación de nuevos clientes y se olvidan de los suyos. Y en eso se equivocan. Hay estudios que demuestran que una atención eficiente fideliza de por vida al 90% de los clientes".

La solución ideal para hacer frente a este manía marketiniana de dar prioridad al nuevo cliente frente al antiguo es muy sencilla: amenazar con darse de baja, como sostiene Rubén Sánchez, de la organización de consumidores FACUA: "Puede que esta práctica no sea éticamente muy correcta pero lamentablemente es legal. Ahora bien, hay un remedio infalible: decir que uno se va. En ese mismo momento, vas a comprobar cómo te igualan la oferta. Ahora, a las compañías, y si son grandes más aún, no les conviene perder un buen cliente porque les cuesta mucho captarlo".

Las operadoras se defienden. Se trata de promociones con mucho aparato publicitario pero eso no quiere decir que se descuide al cliente fiel. Lo único que ocurre es que sus ofertas no tienen tanta notoriedad, porque se le hacen llegar individualmente. "Existe esa percepción generalizada pero la realidad es otra. Lo que sucede es que cuando vas a captar un cliente nuevo no tienes ninguna información sobre él. Y debes hacer una oferta general muy atractiva. Mientras que con tu propio cliente tienes un montón de datos sobre sus hábitos de consumo e intentas hacerle ofertas a su medida. Lo cierto es que gastamos mucho más en retener clientes que en captar nuevos. Por ejemplo, en esta campaña de Navidad vamos a regalar el doble de terminales a nuestros clientes que a los que se vengan de la competencia", señala Carlos Vecino, director de marketing de Vodafone.

"Con la crisis, más que un terminal lo que el cliente verdaderamente desea es no tener sorpresas en la factura. Y por eso, hemos redoblado nuestra política de tarifas planas. Y para los que desean el último modelo, lo que hacemos es ofrecerle un nuevo compromiso de permanencia, de entre 12 a 18 meses", apunta Carlos Gurí, director de captación de clientes de Orange.

El síndrome del hijo pródigo no es exclusivo de las telecos. Los bancos lo practican también con profusión. Uno-e ofrece un depósito a tres meses al 2,97% TAE para nuevos clientes; para los propios el interés es del 0,75%. El Depósito Oro Creciente a seis meses del Banco Popular para dinero procedente de otras entidades tiene un interés medio de 2,25% frente al 1% que da a los que ya tienen su dinero en la entidad. La Cuenta Open Plus de Openbank da un 3,1% TAE para atraer clientes; y entre 1% y un 1,5% en un depósito similar para los que no lo son. Los ejemplos serían incontables.

Las entidades financieras tienen fama de tratar mal a sus clientes y, lo que es peor, de salir casi siempre impunes. Pero la tendencia está cambiando. Los servicios financieros son ya la segunda causa de reclamación. Sólo el Banco de España recibió 6.512 escritos de quejas en el primer semestre de 2009, lo que supone un 81% más que en el mismo período del año anterior. Por primera vez el principal motivo de reclamación -casi un tercio de ellas- fueron los préstamos hipotecarios. Y es que las entidades financieras se apresuran a actualizar los tipos cuando el Euríbor sube, pero sacan la letra pequeña cuando baja. La revisión del tipo en los préstamos a interés variable ha provocado más de una sorpresa en los propietarios que han descubierto que sus hipotecas tenían suelo, es decir, que estaban sujetas a un tipo mínimo, independientemente de que el Euríbor fuera menor. Nadie les avisó cuando suscribieron sus préstamos.

Los usuarios recuperaron 2,46 millones de euros gracias a sus quejas ante el organismo emisor. Pero son pocas las que llegan a esta instancia, porque antes se les obliga a tramitarlas en el servicio de atención al cliente de cada entidad, alargando el proceso y desanimando a muchos posibles perjudicados. Los bancos y cajas se defienden asegurando que sólo el 21% de los informes emitidos por el Banco de España dieron la razón al reclamante, frente al 32,2% en favor de la entidad (el resto no llegaron a tramitarse por causas formales). Sin embargo, en casos como Banco de Valencia, Banesto, Deutsche Bank, Ibercaja, Barclays, Bankinter y Unicaja, el porcentaje superó el 30% a favor de los depositantes.

Las compañías eléctricas tampoco van a la zaga. El cambio de modelo de facturación -de bimensual a mensual- desde enero, que obligaba a estimar el consumo, duplicó las quejas en el primer semestre. En un sector en el que la competencia para los clientes residenciales es ilusoria y las compañías se reparten tradicionalmente el mercado por territorios, la teórica liberalización del mercado el pasado 1 de julio volvió a disparar las quejas. Las comercializadoras se distribuyeron miles de clientes a su voluntad y no se les aplicó la tarifa reducida a jubilados y desempleados que tenían derecho al llamado bono social, según denuncian las organizaciones de consumidores.

Iberdrola reconoce el aluvión de quejas pero descarta cualquier error. "En general las reclamaciones no tenían razón de ser. A finales de marzo, habíamos analizado más de cuatro millones de facturas y no se detectaron errores. De las 3.500 peticiones de aclaración, menos del 2% supusieron rectificación de la factura estimada" señalan en fuentes de la eléctrica.

El defensor del cliente de Endesa, José Luis Oller, coincide en quitar importancia al asunto: "Se ha juntado la revisión de tarifas con el nuevo modelo de facturación y eso ha producido una sobrecarga. Ha habido que hacer un esfuerzo muy grande para atender a las consultas, más de 100.000 al mes, ampliando el personal de los call centers y el horario de atención, pero la mayoría de ellas se resuelven en una llamada, y se ha detectado un número mínimo de facturaciones incorrectas".

Tratar bien al cliente, casi siempre, es rentable. Jazztel es un buen ejemplo de ello. En 2007, era la operadora de telecomunicaciones que más quejas recibía. Tardaba más de dos meses en dar línea a sus clientes, y luego los dejaba desprotegidos ante un servicio de atención al cliente subcontratado que cobraba por llamada atendida, en lugar de por problema solucionado. La fuga de clientes fue masiva hasta que decidió crear su propio call center, en el que no se pretende ganar dinero sino atender eficazmente a los clientes, premiando a los empleados si resuelven la incidencia en el primer contacto. Desde entonces el ratio de reclamaciones se ha reducido por tres y se ha convertido en la segunda operadora en captación de clientes de banda ancha.

El usuario sigue siendo el patito feo del ecosistema consumista. Pese a todo, Etelvina Andreu, directora general de Consumo, señala que los ciudadanos protestan más no sólo por la crisis sino porque cada vez tienen más confianza en las normas, las instituciones y las asociaciones de consumidores.

Andreu resalta que la generalización del arbitraje electrónico y la nueva legislación que está a punto de salir del Parlamento relativa a prácticas desleales y publicidad engañosa aumentarán esa seguridad, frenando prácticas cada vez más extendidas como el spam telefónico, esos mensajes de texto con los que le bombardean su móvil durante todo el día y a veces durante toda la noche.

Queda el consuelo de que al menos en este terreno del consumo, todos -incluso las distintas administraciones- animan al ciudadano a protestar. Algo poco común en tiempos en que tan apreciado es el conformismo.



sábado, 24 de octubre de 2009

El asesino asesinado

Una venganza, posible origen de la muerte a tiros de Tomás Ruiz, Tomasín, un delincuente acusado de cinco homicidios, y de dos personas que estaban con él cerca del penal de El Dueso

KARIM ASRI 24/10/2009

Vota
Resultado Sin interésPoco interesanteDe interésMuy interesanteImprescindible 31 votos

'El asesino asesinado' es un reportaje del suplemento 'Domingo'

Desde el pasado miércoles, una pequeña y discreta cruz de madera en el cementerio de Ciriego de Santander, con las iniciales TRF, señala la tumba de Tomás Ruiz Fernández, Tomasín, un sanguinario delincuente, carente de empatía por el sufrimiento ajeno, que vivió más de la mitad de sus 55 años entre rejas. Dejó tras de sí tanto dolor que faltan dedos en las manos para contar a quienes tenían motivos para matarle. ¿Una venganza?

La noticia en otros webs

"Me alegro muchísimo de que esté muerto", señala la hermana de Sixto Franco, una de las víctimas del criminal

"Mi madre murió porque estaba donde no debía de estar", señala la hija de la mujer acribillada a balazos

Informes psiquiátricos perfilan en Tomasín el rostro de un psicópata irreversible con carácter explosivo

Por el lugar del triple asesinato pasan muchos funcionarios de prisiones y cerca hay un cuartel de la Guardia Civil

La mañana del pasado lunes, Tomasín estaba en el interior de una Renault Trafic blanca, acompañado por otras dos personas, a un centenar de metros de la puerta de la prisión de El Dueso de Santoña (Cantabria). Ruiz Fernández, que se ganó su mala fama a pulso tras matar a cinco personas en un permiso penitenciario en los años ochenta, se disponía a regresar a la cárcel después de otro permiso. Le quedaban unos meses de condena. Lo que no tenía previsto es que un individuo se bajara de un vehículo de gran cilindrada, se acercara a la ventanilla y vaciara el cargador de su arma, acabando con su vida y la de sus dos acompañantes (Isidoro Cuerno Luceo, Isi, de 43 años, un delincuente con múltiples antecedentes, y su pareja, María Jesús Fernández, de 45). El asesino sabía que Tomasín regresaría ese lunes a la prisión y optó por no dejar testigos de lo que toda Cantabria interpreta como una venganza.

Quienes tenían motivos para temer a sus ataques de ira, respiran ahora aliviados y los familiares de sus víctimas no esconden que no querían verle morir de viejo. "Me alegro muchísimo de que esté muerto", señala la hermana de Sixto Franco, una de sus víctimas de los años 80. Sólo cuatro personas, entre ellas su madre, María Teresa, y un empleado de la funeraria, escucharon al cura orar por el alma de Tomasín durante su entierro. No hubo esquela en la prensa con su nombre ni tampoco velatorio.

A pesar de que su familia no es de orígenes modestos -su madre vivía en un barrio de clase media en el centro de Santan-der-, Tomasín descubrió su afición por el crimen bastante joven. Ingresó por primera vez en prisión, con veintitantos años, a mediados de los 70. Acumulaba al menos 21 delitos en su contra cuando fue condenado en 1989 por su crimen más sanguinario, el que le coronó como uno de los protagonistas de la crónica negra del Santander de aquellos años, una ciudad marcada por los estragos de la heroína, las pugnas entre camellos y los robos de sus consumidores: a finales de 1985, aprovechó un permiso penitenciario navideño para fugarse y volver a las andadas; en los cuatro meses que anduvo libre, dio muerte a cinco personas.

Los dos primeros asesinatos se debieron, según relata la sentencia, a que estaba molesto con la prostituta María Violeta Puente González y su novio heroinómano, Sixto Franco, porque no le devolvieron el dinero tras quedarse insatisfecho de los servicios sexuales de la meretriz. El 2 de febrero de 1986, fue a buscarles acompañado por su cómplice habitual de entonces, Francisco José Hidalgo, Butati, a la esquina donde María Violeta solía hacer la calle. Les convencieron de que subieran con ellos al coche para ir a pillar caballo (heroína). Al llegar a un lugar solitario en la zona de Cueto (Santander), Tomasín y su colega Butati desenfundaron, respectivamente una pistola de la marca Star, modelo BM, y una Smith&Wesson, dispararon sobre sus víctimas y a continuación les remataron en el suelo.

Al día siguiente, Tomasín y Butati volvieron a derramar sangre: acompañaron a Pedro Grande y Miguel Moreno en un trayecto en coche por la localidad cántabra de Mogro cuando, por motivos que el fallo judicial no logra aclarar, la emprendió a tiros contra ambos. Butati y otro amigo ayudaron a prenderle fuego al vehículo con los cadáveres dentro. Aunque la sentencia no va demasiado lejos sobre el desencadenante de las cuatro muertes, recalca que "no se puede excluir que hubiese otro motivo a tal resentimiento, que no consta acreditado". Durante el juicio cobró importancia la hipótesis de un ajuste de cuentas en torno al robo de una joyería en Reinosa realizado en 1985. Tomasín, al parecer, no quedó satisfecho con el reparto del botín. Esto pudo desencadenar la espiral de violencia.

Se le atribuye una quinta muerte durante su prolongado permiso, muy ilustradora del personaje y su total desapego por la vida humana. El 29 de marzo de 1986 entró en el bar Pic-nic de Santander, acompañado por dos amigos. Pidió champán con ese afán exhibicionista que los psicólogos detectaban en sus informes y se tomó muy a mal que la camarera dudara de su solvencia. Tanto que Tomasín pidió ver al dueño. Guillermo Castillo Gómez, de 71 años, propietario del local, se acercó a la mesa sin saber lo que le esperaba y recibió un tiro. Murió desangrado unos minutos después.

Tomasín fue detenido el 1 de abril de 1986 después de otro de sus ataques de ira. A las diez de la noche entró en el bar La Bolera de Laredo, pidió una copa y se puso a jugar a los bolos lanzando las bolas de hierro al aire como si inventara las reglas de su propio juego. El dueño, Jesús Losada, le dijo que así no podía seguir y apagó las luces del local para impedirle que siguiera jugando. Tomasín respondió primero con insultos y amenazas. Salió un momento del local y volvió empuñando una pistola. "Pues sí, me quería matar porque ya no quería dejarle jugar", rememora Losada. Se acercó al propietario y apretó dos veces el gatillo. El azar quiso que el arma se encasquillara y que los presentes en el local pudieran derribarle y atarle con una cuerda hasta que llegó la Guardia Civil.

Desde que supo que Tomasín había muerto el lunes en un tiroteo, Losada vive más tranquilo: el criminal tenía entre sus aficiones en la cárcel enviar cartas a algunos de los que estaban en su lista negra para recordarles que seguía allí y que podría vengarse en cualquier momento. "Recibí una de esas. Me acusaba de habérmelo inventado todo, decía que mi declaración era una paranoia", recuerda.

Demasiada gente quería ver bajo tierra a Tomasín. Durante el juicio en su contra por los crímenes de Cueto y Mogro, algunos familiares de Grande y Moreno le prometieron que habría venganza, según asegura un testigo: "Le dijeron que estaba condenado, que no se iban a olvidar. Y esa gente no olvida".

Tomasín nunca reconoció sus crímenes. Aunque su aseada apariencia disimulaba los demonios que llevaba dentro, cuando bebía se volvía incontrolable. Los informes psiquiátricos perfilan el rostro de un psicópata irreversible con carácter explosivo, pero consciente de sus actos. Una personalidad inmadura con afán de notoriedad. A pesar de que tener claros rasgos psicopáticos, estos no alteraban sus escasas facultades intelectuales (tenía un coeficiente de 89). Sabía distinguir entre el bien y el mal, pero optaba por lo segundo. Era, según quienes le trataron, capaz de jurar, mirándote a los ojos, que todo era un montaje de la policía, minutos después de haberse limpiado la sangre de sus víctimas. Simulaba creerse sus propias mentiras y se negaba a que su defensa intentara declararle incapacitado. "Yo soy capaz y consciente", solía replicar. El abogado que le defendió entonces explica que quedó tan marcado por la situación que optó por dejar el Derecho Penal y dedicarse a otras ramas jurídicas.

Era un hombre que sólo entendía el lenguaje de la crueldad y la fuerza, incapaz de distinguir entre ser respetado y ser temido. Solía vestir bastante bien, tanto que el fiscal que le acusó de los crímenes de Cueto y Mogro llegó a contar: "Si me dices que ese tipo está tomando una copa con mi hija, a primera vista me quedaría tranquilo". No consumía drogas y hacía deporte.

Las declaraciones de sus compinches, Agustín Fernández y Artemio Alonso, resultaron fundamentales para atar cabos y condenarle. Alonso terminaría desdiciéndose y atribuyendo sus primeras palabras a un compló de la policía en su contra. Fernández pagó aun más caro su confesión y murió durante una durísima reyerta en la cárcel de Nanclares de Oca (Álava).

Tras pasar por varios penales, Tomasín regresó años atrás al de El Dueso, en su Cantabria natal, donde solía recibir visitas de su madre (su hermana nunca quiso saber nada de él). Los años de cárcel y aislamiento terminaron doblegando su carácter. Según fuentes penitenciarias, en los últimos meses ya no se relacionaba prácticamente con nadie, daba paseos solitarios por el patio y cumplía religiosamente sus obligaciones para reducir su condena. Estaba en régimen de segundo grado, le quedaba menos de un año para salir y en sus anteriores permisos se dedicó a visitar a su madre y volver puntualmente cuando éstos habían vencido.

El viernes 16 de octubre, sin que se sepa por qué, optó por no volver al penal. Fue su propia madre la que terminó convenciéndole de que volviese, con la esperanza de que, al salir, se fuera con ella a residir a Santander. "Él vivía por y para María Teresa. Con ella se transformaba en un niño. Si iba a volver a prisión, era para no disgustarle a ella", señala alguien que le conoció de cerca en los últimos años. Además, los tres días de retraso no habrían tenido grandes consecuencias. Como mucho, su salida de prisión se habría alargado unos meses.

A las 9.40 del pasado lunes, Tomasín esperaba a un centenar de metros de la prisión, en el interior de una furgoneta donde acabaría muriendo junto a su amigo Isi y a María Jesús Fernández, madre de dos hijas y abuela. En teoría, tenía que esperar hasta las 10 de la mañana para poder entrar en la cárcel. El lugar no era el más propicio para un asesinato: hay un cuartel de la Guardia Civil en los alrededores y por la carretera de acceso pasan constantemente funcionarios camino de la prisión.

"Yo había quedado con mi madre a las 11.30 y cuando le llamé para ver dónde estaba, me cogió el móvil uno de la Policía Judicial", relata la hija de la fallecida, de 26 años y de nombre María Jesús. "Le había conocido apenas unos días antes de todo esto. Decía que parecía un buen tipo. Mi madre siempre se cree que puede ayudar a todo el mundo", resalta.

La difunta María Jesús trabajaba en el pub Cycles de Santander, situado en un barrio popular de la capital cántabra. Es un local en el que coexisten, según un cliente habitual, "jóvenes fumadores de porros que sólo quieren liarse un canuto mientras ven el partido con personajes oscuros que no sabes la historia que llevan detrás". Entre ellos estaba Isi, con varios delitos violentos a sus espaldas, con el que su madre mantenía alguna relación sentimental desde hace unas semanas. "Mi madre no sabía nada de lo que esa gente tenía detrás. Sabía que habían estado en la cárcel, pero no se imaginaba en lo que podían estar metidos", añade la hija. En torno a la media noche -no queda claro si Isi y Tomasín estuvieron con ella en el bar-, María Jesús terminó su turno y, previsiblemente, se reunió con Isi.

"No tenía previsto dormir en casa esa noche; yo había quedado con ella al día siguiente para que me acompañara a pagar la matrícula de un curso", prosigue María Jesús. Hastiada de leer todo tipo de conjeturas sobre por qué falleció su mamá, la hija precisa: "Mi madre estaba rodeada de mierda, pero no estaba metida en nada. Era una trabajadora más, que llegaba justito a fin de mes pagando el alquiler y se desvivía por sus hijas y su nieta. No hay más. Murió porque estaba donde no debía", añade María Jesús, quien como casi todo el mundo, tiene más preguntas que respuestas sobre lo ocurrido.

La investigación, a cargo de la Policía Judicial de la Guardia Civil, por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de Santoña, intenta esclarecer los hechos. El instituto armado baraja como hipótesis que el pistolero actuó acompañado por, al menos, un conductor. Varios testigos vieron huir un vehículo de gran cilindrada a toda velocidad de la zona. La clave de todo, según fuentes policiales, es determinar quién y cómo dio el aviso al pistolero -no se descarta que un sicario haya sido contratado para ejecutar el crimen- de que su víctima estaría el lunes por la mañana en la puerta del penal.

'El asesino asesinado' es un reportaje del suplemento 'Domingo'

sábado, 17 de octubre de 2009

Napster, iTunes... ¿y ahora Spotify?


La 'web' musical sueca es un fenómeno. Ya tiene 800.000 usuarios en España, cinco millones en el mundo. Consumidores, melómanos, artistas y discográficas apuestan por el nuevo modelo

JOSEBA ELOLA 17/10/2009

Vota
Resultado Sin interésPoco interesanteDe interésMuy interesanteImprescindible 62 votos
Imprimir Enviar

Spotify es todo un fenómeno. Un fenómeno que viene recorriendo el mundillo de la música desde octubre del año pasado. Una web a la que sólo se accede por invitación y que, pasito a pasito, se ha ido ha ganando a melómanos, consumidores, artistas, discográficas, y, más difícil todavía, a amantes de las descargas en webs ilegales. ¿Cómo es posible que haya puesto de acuerdo a tanta gente en tan poco tiempo? Intentaremos explicarlo.

"Es muy atractiva para los usuarios piratas, es la gran esperanza de la industria", dice un ejecutivo de Sony

"Las 'majors', con su modelo de rentabilidad, están ahogando este nuevo modelo", dice el experto Enrique Dans

La plataforma se ha convertido en la gran esperanza blanca de todo un sector. No está ni mucho menos exenta del peligro de desaparecer, como tantos negocios de la red, como les sucedió a plataformas similares que emprendieron su mismo viaje. Pero su caso parece incorporar factores que invitan a un cierto optimismo.

Creada por dos veinteañeros suecos, Daniel Ek y Martin Lorentzon, tiene -según declaran- cinco millones de usuarios en los seis países en que está implantada: España, Suecia, Noruega, Finlandia, Reino Unido y Francia. Desembarcó en España en febrero. Ya tiene más de 800.000 usuarios. Hay una lista de espera de 60.000 españoles que quieren entrar y no pueden. La lista de espera, la entrada por invitación, eso que llaman exclusividad, es una de las claves del invento.

La primera vez que un usuario entra en Spotify se encuentra con un entorno que recuerda mucho al de iTunes, el modelo de venta digital de música más exitoso hasta la fecha. El usuario teclea en el buscador el nombre del artista que quiere escuchar y al instante se despliega la discografía del elegido, sus canciones, su biografía, la crítica del disco de la prestigiosa web All music guide. Se hace clic en la canción que se quiere escuchar, y a disfrutar.

Spotify está diseñada de modo que su funcionamiento remite al clásico drag and drop -arrastre de archivos- de webs ilegales. "Es muy atractiva para los usuarios piratas", dice Marcelino Moraleda, responsable de la división digital de Sony Music, una de las cuatro grandes multinacionales. "Está atrayendo a usuarios piratas a entornos legales. Es la gran esperanza de la industria".

Lo importante no es poseer la música, sino tener acceso a ella. Éste es el concepto clave. Spotify permite acceder a un catálogo de más de seis millones de canciones. Según los datos que facilita la compañía, se suben 10.000 nuevos temas diarios. Allí está el catálogo de las cuatro majors (Sony, Universal, EMI, Warner) y de algunas compañías independientes. Sí, hay ausencias, grandes ausencias: no se encuentra a The Beatles, ni a AC/DC, ni a Pink Floyd, que tienen poder y controlan su catálogo. Pero están el último disco de U2, Beyoncé o Coldplay. La discografía de Chet Baker, mil y una interpretaciones de la obra de Bach. Hay de todo. Hay para aburrir.

Y acaba de producirse una nueva vuelta de tuerca. Hasta ahora, el usuario de Spotify podía escuchar lo que quería en el ordenador de su casa, o en el del trabajo (que es donde más se usa, señala un experto), pero no podía llevarse sus canciones seleccionadas o listas de reproducción al campo, o de viaje. Desde principios de septiembre, ese inconveniente tiene una solución: la aplicación de Spotify se traslada al móvil. El usuario de iPhone o de un móvil con sistema android (empezará a entrar fuerte en estas navidades) podrá llevarse sus canciones a la calle. Eso sí, pagando 9,99 euros al mes.

"El cambio es gigantesco, la portabilidad siempre fue el problema de webs como Spotify", declara por teléfono desde Londres el colombiano Juan Paz, analista de Music Ally, consultora de la industria musical que analiza los fenómenos en el entorno digital. Paz explica el éxito de Spotify con tres factores: catálogo de canciones muy completo, facilidad de uso y su coolness, o sea, que la web es molona. Simone Bosé, presidente de la multinacional EMI para España y Portugal, ahonda. "Ha presentado un desarrollo tecnológico de vanguardia que genera una inmediatez de respuesta impresionante", dice recostado en la silla de su luminoso despacho en la calle madrileña de Alcalá. "Y el timing del lanzamiento ha sido acertado, eso es muy importante en Internet".

Primero fue Napster, la madre de todas las descargas. Luego fue iTunes, la tienda digital de Apple. ¿Será Spotify el siguiente hito?

La tarea no es fácil. Spotify obtiene ingresos vía anuncios y vía suscriptores. El que lo usa en la versión gratis, es decir, casi todo el mundo, escucha una cuña de publicidad cada cuatro o diez canciones -el usuario que lleve desde febrero habrá apreciado un incremento notable de cuñas y que éstas cada vez aparecen más pronto-. Hay banners que se mueven por la página. Pero la publi no resulta muy intrusiva. Los ingresos en publicidad todavía son débiles, señalan fuentes del sector, cosas de la red. Spotify no da cifras.

Engordar lo que se ingresa vía suscriptores es la madre de todas las batallas. Una auténtica cuadratura del círculo en países mediterráneos, donde, dicen los expertos, el respeto por la propiedad intelectual es francamente menor que en países anglosajones o escandinavos. Que la gente pague cerca de 10 euros por cosas que puede obtener gratis en webs ilegales es tarea de titanes. Cierto es que en Spotify uno tiene acceso a lo que quiere sin que le entren virus y sin necesidad de largas esperas. Tener directamente la música en el móvil es una comodidad. Pero, ¿pagará un buen número de personas por ello? Ésta es una de las claves del futuro del proyecto.

"Si fuese algo más barato, la gente se lanzaría", explica Enrique Dans, bloguero, profesor del Instituto de Empresa y experto en el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad. "Si lo vendieran a dos euros al mes, duplicaban lo que ganan", dice. "Pero Spotify no es una ONG. Los accionistas son las discográficas. Quieren proponer un modelo más sencillo para que la gente pague por los contenidos".

Spotify no revela la composición de su accionariado, no ofrece información financiera. Su responsable en España, Lutz Emmerich, habla de un acuerdo con las discográficas pero no confirma en qué grado participan éstas. Fuentes del sector sitúan la participación de las cuatro majors entre el 15% y el 18% del capital -hay una multinacional que tiene casi un 6% y otra cuenta con cerca de un 5%-.

La plataforma sueca comparte sus ingresos por publicidad y por suscriptores con las discográficas. No sólo con las grandes, también con las independientes, agrupadas en agregadoras como The Orchard, La central digital (repertorio de artistas de la SGAE), In Groove (música dance) o Naxos (música clásica). Uno de los elementos que hacen que se confíe algo más en su futuro, frente a alguna de sus predecesoras, es que las majors han rebajado sus exigencias de anticipos por uso de su catálogo.

"Es una manera de que Spotify disponga de más tiempo para desarrollarse", reconoce Carlos López, presidente de Sony Music en España. "Antes, al pedirles grandes anticipos, las estrangulábamos. Ahora, la idea es que todos seamos parte del negocio, es una apuesta para demostrar que en la red se pueden hacer las cosas de forma legal". Rodeado de muñequitos, miniaturas y de fotos junto a los artistas de su compañía, López se declara optimista. "Como en las películas, espero que ganen los buenos. Que la gente crea que tiene derecho a robar la música no me entra en la cabeza. Es preciso que eso no se permita en la red, como no se permite la pederastia, como no se permite que se robe un libro en una librería". López apunta a políticos y operadores de telefonía y les pide que adopten medidas. Javier Liñán, responsable de la empresa musical El Volcán, también carga contra las operadoras. "Hoy los que ofrecen el servicio se llevan lo que antes ingresaban los que generaban y trabajaban el contenido, la música".

Aún así, son muchas las voces que responsabilizan a unas majors resistentes al cambio de tener unas exigencias que pueden acabar lastrando el futuro de este tipo de plataformas. Enrique Dans, que en marzo publica un libro, Todo va a cambiar, en el que dedica un capítulo al mundo de la música, es tajante: "Las grandes discográficas con su modelo tradicional de rentabilidad, están ahogando este nuevo modelo. Quieren su dinerito, pero, ¿aportan ahora el mismo valor que antes?". Mario Rigote, responsable de La central digital, plataforma dependiente de la SGAE que agrupa a sellos españoles y latinoamericanos, y a artistas que han apostado por la autoproducción y la autoedición, también señala a las grandes: "La posición de las majors es inmovilista, por ejemplo, al pedir anticipos. Hay que universalizar el acceso a la música con un modelo sostenible", dice, "si se lo ponemos fácil al usuario, éste va a escuchar más música y todos lo rentabilizaremos a largo plazo".

La majors vienen exigiendo a las plataformas de streaming -escucha instantánea online- cantidades que van en torno a un euro por cada mil escuchas. Estos pagos, cuando la base de clientes es muy grande, pueden acabar ahogando un proyecto.

Es decir, un gran número de usuarios no tiene porqué significar un gran éxito. Por eso Spotify usa las invitaciones como manera de hacer crecer su base de clientes de manera paulatina. Los responsables de la plataforma sueca no dan detalles sobre los acuerdos suscritos con las majors. Con cada una de ellas han firmado un acuerdo distinto. Según distintas fuentes del sector, algunas discográficas siguen cobrando por escucha. Y hay otras que no. Existe entre todos un pacto para no revelar los detalles.

En el reparto de los ingresos que generan este tipo de plataformas en la red, "la figura más débil son los artistas", dice Mario Rigote: "Las majors, de hecho, están teniendo problemas con ellos". En el Reino Unido, algunos grupos ya han alzado la voz diciendo que a ellos les llegan las migas. Lo hicieron hace dos semanas Friendly Fires.

Subido a un taxi, Porta, hip hopero barcelonés de 20 años, artista surgido de la red, se pronuncia. "Lo del dinero es un tema que no me preocupa, lo que me interesa es que me escuche la gente", asegura. "Spotify es una buena herramienta para darse a conocer, es práctica. Está bien que valoren mi música antes de comprarla".

Pau Donés, líder de Jarabe de Palo, también contesta, vía telefónica, desde la furgoneta con la que recorre España. "Es un sistema con el que tienes acceso a un montón de música. Y es una manera de que se vuelva a pagar algo por la música". Donés se ha alejado de las multinacionales para controlar su carrera. Pertenece a la creciente estirpe de músicos que se autoproducen. Piensa que la irrupción de modelos como el de Spotify ofrecen una oportunidad. "Las multinacionales han estrangulado a los artistas. Es la oportunidad de hacer las cosas de manera más justa. No hay derecho a que aquí la pasta se la trinquen otros".

Lo cierto es que el pastel a repartir es cada vez más pequeño. Las 35.000 descargas legales de un grupo consolidado y vendedor como Pereza, generan para ellos unos royalties algo superiores a 1.000 euros, según fuentes de su compañía. Grabar un disco de un grupo así puede costar entre 60.000 y 80.000 euros.

Es decir, con los cedés, compañías discográficas y artistas cobraban bien. Muchos ejecutivos y estrellas se forraron. En la era de iTunes, la cuestión de ingresar se puso muy dura. Con el streaming -la escucha-, el panorama remata su mutación: una canción debe ser escuchada unas 150 veces para que la discográfica reciba lo que antes le llegaba por una descarga en iTunes, señala Juan Paz, de Music Ally. "Entonces, ¿quién va a invertir ahora en los artistas?", pregunta Paz.

Sean cuales sean los tira y afloja y los repartos, el modelo que la industria viene persiguiendo para salir de su monumental crash está cada vez más cerca. Sea éste Spotify, o plataformas similares. De hecho, habrá varios modelos de negocio conviviendo, a juicio de los expertos. La llegada de este tipo de plataformas, además, abre nuevas puertas. "Spotify tiene visos de convertirse en la gran aplicación de música y puede ser la plataforma que cambie la percepción que existe de la red", señala Fernando Garrido, sociólogo especializado en nuevas tecnologías. "Spotify puede ser el catalizador del gran salto: Internet va mucho más allá de ser un espacio de búsqueda de información; la tendencia es que se convierta en un canal de acceso a contenidos".

Es decir, la cuestión no es tener música, sino acceder a ella. O tener tele, sino acceder a los programas que a uno le interesan. Todo estará alojado en la nube, ese concepto emergente, ese espacio al que se accede mediante los teléfonos y ordenadores. Es el principio del mundo en que mucha gente vivirá conectada a Internet las 24 horas del día. Porque allí estarán las películas, los programas, las noticias, las canciones.

Buscar canciones, crear listas

Uno de los éxitos de la web es lo fácil que es de manejar, su rapidez. Uno hace clic en la canción y en seguida suena. No aparecen esos molestos mensaje que dicen: "Cargando". Esta semana, la plataforma sueca ha simplificado el acceso del cliente a la compra de las canciones.

jueves, 15 de octubre de 2009

Librerías y carteleras se llenan de títulos fascinados por el mal

Si hay un tema recurrente en las librerías y las carteleras occidentales, un tema de fondo que contamina novelas y filmes, directa o tangencialmente, es la fascinación por el Mal, el Mal entendido como la capacidad del ser humano por destruir a otros seres humanos.

No es sólo la antigua fascinación por los clásicos personajes malvados del cine de terror o del thriller, sino una avalancha que no cesa de obras en las que se reviven las atrocidades individuales de las guerras europeas de los años 30 y 40 y, como novedad masiva tras la caída del Muro de Berlín, los horrores del día a día de millones de personas sometidas a la represión comunista.

En esta recuperación de la memoria al margen de las historias oficiales, se han roto muchos tabús: en España ya no sólo se habla del franquismo, sino también salen a la luz, esta vez con objetividad, los crímenes del bando republicano. Numerosos libros desarrollan las tesis de Goldhagen en Los verdugos voluntarios de Hitler (Taurus) documentando la complicidad activa de la sociedad alemana en el exterminio de judíos.

Otros tantos escritores, cineastas o ensayistas, como la nueva premio Nobel, Herta Múller, Grosman (Vida y destino, Galaxia Gutenberg), Orlando Figes (Los que susurran, Edhasa), desarrollan la responsabilidad de millones de rusos en el terror estalinista. La exquisita editorial Minúscula publica testimonios imprescindibles de ambos bandos.

El Aleph edita los cuentos completos de Primo Levi. Vollmann levanta un gigantesco mapa sobre las raíces de la violencia en Rising Up and Rising Down y muestra las paradojas de los totalitarismos en Europa central (Mondadori) Wadja recuerda en su filme Katyn la masacre de 20.000 polacos ordenada por Stalin en 1940.

Antony Beevor, en su libro Berlín. La caída (Critica), provocó las protestas de uno y otro bando al desvelar al gran público las violaciones sistemáticas de mujeres alemanes por las tropas del Ejército Rojo, mientas su último libro, sobre el desembarco de Normandia, aún no ha sido publicado en Estados Unidos: los testimonios cotidianos de los soldados aliados distan mucho de la visión heroica oficial y hay saña primitiva, racismo, torturas caprichosas.

"¿Qué diferencia hay entre arrojar 500 bebés a una hoguera y arrojar fuego desde un avión sobre 500 bebés", dice el capitán Philip Mumford, ex oficial en Iraq, en 1937 en el libro Humo humano (Debate) de Nicholson Baker, quien recuerda Hiroshima, el uso de gas tóxico en las guerras coloniales y el visible antisimetismo en líderes políticos occidentales de los años 30.

Al tiempo, el cine y la literatura fomentan una estetización del mal: si Raskalnikov, el asesino de Crimen y castigo de Dostoievski, se retorcía de remordimientos, lo único que preocupa a los asesinos de Tarantino es que la sanagre o al amsa cerebreal no manche sus trajes o la tapìcería de sus coches.

Los títulos citados son un mínimo ejemplo. Su lectura o su visión es perturbadora y muestra un estado de perplejidad del occidental que aún no ha saldado cuentas con sus zonas más recónditas. La memoria es como un enorme archivo de fotos que cada cual revela a su conveniencia y a menudo aplicando el photoshop.

Quien tenga estómago para enfrentarse a un archivo fotográfico de la maldad humana (de Pol-Pot a la matanzas de chinos en Nanking por los japoneses) puede consultar una web terrible, de esas a las que antes de acceder a ella los anglosajones ponen el aviso de que no es apta para menores o personas sensibles: http://www.lietuvos.net/istorija/communism/communism.htmpor

Tras la segunda guerra mundial, las masacres no han cesado.En Catalunya, Àlex Rigola escenificó las matanzas de mujeres en Ciudad Juárez, según la novela de Bolaño 2666, el cine (Hotel Rwanda, Disparando a perros, El jardinero fiel) no acaba de narrar de modo fidedigno lo que sucedió en Ruanda ni en Darfur ni la avaricia occidental en el África subsahariana. Más éxito han tenido películas,como Grbavica (consecuencias de la guerra en Sarajevo) y Vals con Bashir, del isarelí Ari Folman (el papel pasivo del ejército israelí en la matanza de palestinos en Sabra y Chatila en 1982).

"Las narraciones explican mejor que la historia, y desde luego, que la historia oficial, aquello de lo que es capaz el ser humano", dice María Pía Lara, que acaba de publicar Narrar el mal (Gedisa). La autora enseña en la universidad neoyorquina fundada por los intelectuales judíos que huían de Hitler y cree que la característica contemporánea del mal es "la banalización", la que Hannah Arendt descubre en el testimonio de Eichman al ser juzgado en Jerusalén: "el que hace el mal de forma gratuita, el ciudadano común que asesina sin motivo. Eichman decía que no tenía nada contra los judíos y se justificaba diciendo que sólo obedecía órdenes. Esto es lo terrible, no tenía ninguna creencia moral que le hiciera valorar la gravedad de lo que estaba haciendo". Por eso, la pensadora mexicana cree que la obra literaria que ejemplifica ese mal contemporáneo es El corazón de las tinieblas de Conrad, "alguien que podría ser una persona extraordinaria por sus dotes de liderazgo y que desciende a los instintos más bajos".

María Pia Lara destaca para ilustrar sus teorías sobre el mal Grbavica, de Jasmila Zbanic, la historia de Esma, a quien su hija de doce años le pide un certificado de la muerte de su padre para ir a un viaje con su escuela. La niña cree que su padre murió como héroe de guerra y acaba enterándose de que en realidad fue uno de los serbios que violaron a su madre. María Pía Lara subraya que el mal "destruye la identidad de sus víctimas y crea consecuencias de por vida. Esma, por ejemplo, siente un rechazo instintivo ante cualquier piel de hombre que la roce". Lara recuerda cómo los propios alemanes silenciaron la violación masiva de sus mujeres por parte del Ejército Rojo. "La mujer era y es en muchas casos botín de guerra".

"Me habían ordenado enterrar a unos muchachos de la Juventud Hitleriana cuando ellos me encontraron", dice Martha Dowsey en el libro de Beevor. "Seis soldados del Ejército Rojo con las caras tiznadas me tiraron al suelo junto a las tumbas y me violaron, uno tras otro". La mujer tiene ahora 81 años. Durante décadas, nunca había encontrado a nadie que creyera lo que le tocó vivir. El Ejército Rojo era un grupo de héroes que había liberado a Alemania de los nazis. Muchas acabaron sucidándose, como Hannelore, la mujer del canciller Kohl, violada con 12 doce años junto a su madre. "¡Maten! ¡Maten!. En la raza alemana no hay más que mal, ¡ni uno entre los vivos, ni uno entre los aún no nacidos, nada más que mal! Sigan los preceptos del camarada Stalin. Aniquilen a la bestia fascista de una vez por todas en su guarida. ¡Usen la fuerza y rompan el orgullo racial de esas mujeres alemanas! ¡Toménlas como su botín de guerra! A medida que avancen, maten, nobles soldados del Ejercito Rojo", proclamaba Ilya Ehrenburg, el comisario soviético amigo de Picasso, Alberti y Neruda. Otros, como Heidegger, fueron incapaces de discernir el daño que ocasionaba su adhesión al nazismo.

"Me habían ordenado enterrar a unos muchachos de la Juventud Hitleriana cuando ellos me encontraron", dice Martha Dowsey. "Seis soldados del Ejército Rojo con las caras tiznadas me tiraron al suelo junto a las tumbas y me violaron, uno tras otro". La mujer tiene ahora 81 años. Durante décadas, nunca había encontrado a nadie que creyera lo que le tocó vivir. Por años, se consideró que el Ejército Rojo era un grupo de héroes que había liberado a Alemania de los nazis.

"Los occidentales, desde luego no son los únicos bárbaros", dice el divulgador de la filosofía Roger Pol-Droit, que publica Genealogía de los bárbaros (Paidós). Y cita Sayyd Qurb, el téorico de los Hermanos Musulmanes que inspiró no sólo a Bin Laden y Al-Qaeda, sino también a Jomeini, al GIA argelino, a los talibanes y a los integristas sudaneses. Una justificación a las matanzas terroristas demonizando a los occidentales como los "otros" a exterminar.

María Pía Lara habla del corazón de las tinieblas de los seres humanos y de las zonas grises a las que se refería Primo Levi, un autor que advierte: ¡cuidado con los juicios a los demás! ¿qué hubiera hecho cada uno de nosotros en una situación similar a la que ahora condenamos desde el confortable butacón de nuestra sala de estar? Soviéticos, nazis, maoístas, todo tipo de dictadores buscan la complicidad de todos. "Cuando todos son culpables, nadie es culpable. En la dictadura argentina, cuando los torturadores hacían su trabajo obligaban al pobre soldado raso a ver. Eso aseguraba su silencio".

Lo mismo sucede en las mafias. Ayala, el juez amigo de los magistrados asesinados Falcone y Borsellino, que acaba de publicar su autobiografía Chi ha paura muore ogni giorno, (Mondadori) sobre la famosa cita de Falcone: "Quien tiene miedo, muere cada día, quien no tiene miedo, muere una sola vez". Ayala, como cuenta Saviano en Gomorra (Debate), recuerda cómo se va creando una red de complicidades, de silencio y de favores, entre abogados, políticos, periodistas y corruptos: cuando todos lo hacen, nadie es culpable.

Rüdiger Safranski (El mal, Tusquets) cree que el mal, la violencia y la destrucción siguen latentes en la civilización y que, y esta es la tragedia de la libertad humana, todos estamos expuestos a experimentarlo. "No podemos erradicarlo –dice María Pía Lara- ni confiar en la justicia, que cambia según quien la interprete, sólo podemos contarlo para que no se repita, pedir la rendición de cuentas, servirnos del juicio y de la razón como filtro moral, construirnos una conciencia moral para decir que no, rechazar la complicidad que nos ofrecen, porque es más fácil hacer el mal que no hacerlo".

lunes, 12 de octubre de 2009

Irving Penn va immortalitzar una bullabessa a BCN

La imatge que el fotògraf va captar d’un pantagruèlic plat de peix al restaurant Los Caracoles, el 1948. Foto: IRVING PENN
La imatge que el fotògraf va captar d’un pantagruèlic plat de peix al restaurant Los Caracoles, el 1948. Foto: IRVING PENN

JORDI PUNTÍ
BARCELONA

La postura sinuosa de Gisele Bundchen, la fragilitat de Kate Moss nua, la mirada fugissera de Picasso, totes aquelles models dels anys 60, vestides de Dior i fumant... La mort del fotògraf Irving Penn dimecres passat, quan tenia 92 anys, ha retornat al primer pla el glamur de les imatges que al llarg de la seva vida va fer per a la revista Vogue. Amb les seves portades i reportatges, Irving Penn va ser sens dubte un artista que va marcar el curs de la fotografia de moda. És tanta la seva importància, que la seva altra obra va quedar relegada a un pla més anecdòtic. Resulta que de tant en tant abandonava els modistes i les celebritats i el seu objectiu es fixava en mons gairebé oposats: els anys 40 va viatjar al Perú per retratar els indis quítxua.
Les fotografies d’Irving Penn van destacar sempre per la seva composició de to clàssic. El seu ull descansava en l’harmonia de colors i formes, ja fos buscant el costat menys obvi d’un ésser humà o arrencant l’emoció dels objectes més senzills. Aquesta mirada curiosa va ser la que el va portar a fotografiar, a Barcelona, l’agost del 1948, un pantagruèlic plat de sopa de peix.

AL RESTAURANT LOS CARACOLES / Malgrat haver fet aquesta fotografia fa més de 60 anys, Irving Penn no la va fer pública fins al 2001, quan va publicar un llibre que reunia naturaleses mortes capturades al llarg de la seva vida. El títol de la foto diu que va ser feta al restaurant Los Caracoles, que avui dia continua obert al carrer dels Escudellers, però desconeixem si encara serveix bullabesses tan esplèndides. Però, ¿com és que Irving Penn va quedar fascinat per aquells escamarlans i musclos que adornen la sopa?
L’any 1948 va ser clau en la carrera del fotògraf. Viatjant entre París i Nova York, es va dedicar a retratar un gran nombre d’artistes que després el van fer molt famós, entre ells Truman Capote, Marcel Duchamp i Igor Stravinsky. A l’agost, Vogue el va enviar a Barcelona per fer un reportatge fotogràfic. S’havia de titular Barcelona i Picasso, i el pintor era l’excusa per mostrar la ciutat. Quan va publicar la foto de la bullabessa, Penn va explicar en una entrevista per a The New Yorker que l’havia fotografiat perquè era el plat preferit del pintor.
Aquell estiu, Irving Penn va aprofitar l’estada a Catalunya per fer més fotos memorables. Va retratar els germans Junyer, Joan Miró amb la seva filla Dolors, i Salvador Dalí. La seva arribada a Barcelona va ser celebrada per la classe cultural. Al seu dietari de l’època, publicat amb el títol d’A flor d’oblit, el poeta Marià Manent escriu el 14 d’agost del 1948: «He hagut d’acompanyar un redactor del Vogue que va venir per preparar un reportatge gràfic sobre Picasso». I més endavant: «Vaig acompanyar el fotògraf a una corrida de toros. Dalí hi era i el va cridar: ‘S’han d’atendre les indicacions del geni’, em va dir Penn, amb un somriure».

IMPRESSIONAT / ¿Va ser Dalí qui el va portar a Los Caracoles? Podria ser. Jo m’imagino Irving Penn davant del plat, tan impressionat que vol capturar-lo amb la seva Rollei. Llavors agafa un parell de tovallons blancs i surt al carrer dels Escudellers per buscar una bona llum. Un cambrer el segueix amb el plat fumejant. Després el diposita a terra i el fotògraf dispara la càmera.

domingo, 11 de octubre de 2009

Trenta milions de brasilers han deixat de ser pobres des de l'arribada de Lula al poder

Trenta milions de brasilers han deixat de ser pobres des de l'arribada de Lula al poder

La designació de Rio de Janeiro Com a seu dels Jocs del 2016 ha consolidat el Brasil al mapa de les grans potències. Amb Lula com a artífex d’aquest 'gran salt', el país s'ha convertit en motor de la recuperació econòmica mundial i en la principal força militar de la regió. En aquest creixement, 30 milions de persones han deixat de ser pobres. No obstant, encara li queden deures per fer per eradicar la misèria.

El Brasil dual: la 'favela' irònicament anomenada Paraisópolis contrasta amb les piscines a les terrasses de l'altre costat del mur, a Sao Paulo. Foto: TUCA VIEIRA
El Brasil dual: la 'favela' irònicament anomenada Paraisópolis contrasta amb les piscines a les terrasses de l'altre costat del mur, a Sao Paulo. Foto: TUCA VIEIRA
ABEL GILBERT

El 1992, els Simpson van tenir la seva aventura al Brasil. El capítol es deia "Échale la culpa a Lisa". La família va aterrar en un Rio de Janeiro en què es representen tots els estereotips que pot tenir un nord-americà mitjà: sensualitat, violència, desmesura natural, bossa nova i cançons a l'estil Carmen Miranda. I, és clar, Homer és segrestat per un conductor de taxi sense llicència. Després, Bart i el seu pare són assaltats per nens del carrer.

Sis anys més tard, la mirada del Brasil en una altra sèrie popular dels EUA, South Park, dóna compte de com ha canviat la percepció d’aquest país de dimensions continentals. La història del capítol de South Park és la següent: un grup de policies espacials arriben a la Terra per buscar un lladre alienígena. I els personatges dels dibuixos s’enfronten a la disjuntiva de delatar-lo i entregar els milions robats pel delinqüent intergalàctic o quedar-se amb el botí. La decisió no sembla simple.

I, per això, el pare de Stan busca la resposta d’un president important. En aquell moment Lula entra en escena. L’acompanyen el francès Nicolas Sarkozy, el premier britànic Gordon Brown i la cancellera alemanya Angela Merkel, però en qualitat d’“assessors”.

Números per a l'eufòria

“El país mostra que camina a ­passos accelerats per convertir-se en potència mundial”, va dir, exultant, el setmanari Isto, enmig de les celebracions per l’obtenció de la seu olímpica del 2016. La victòria de Rio tanca anticipadament un any pletòric de bones notícies per al Brasil.

El ­país s’ha transformat en un dels motors de la recuperació econòmica mundial juntament amb la Xina, l’Índia, Indonèsia, Hong Kong, Taiwan i Singapur. L’activitat ha crescut l’1,9% el segon trimestre. L’atur va passar un altre cop del 9 al 8%. Bradesco, el principal banc privat de la regió, estima que si bé es tancarà l’any amb una caiguda del 0,5% del PIB, el 2010 es registrarà una altra vegada un rendiment positiu del 4,25%.


Els números són, en definitiva, els que alimenten l’eufòria. El Brasil és el segon país emergent a rebre més inversió estrangera directa després de la Xina. El real, la moneda nacional, es va revaluar un 31%. En els pitjors dies del col·lapse financer mundial, el Banc ­Central va haver de desprendre’s d’una part de les seves reserves. Aquestes han tornat al nivell de l’octubre del 2008 (143.000 milions d’euros).


Les transformacions s’adverteixen en fets simbòlics de tota mena. Des dels quotidians (l’obertura a la regió de la primera botiga on line de Kindle, el llibre electrònic d’Amazon) fins als assumptes estrictament comptables. El Brasil acaba de convertir-se en creditor del Fons Monetari Internacional (FMI), al qual va prestar 6.861 milions d’euros. “És un esdeveniment històric”, va dir el ministre d’Hisenda, Guido Mantega.

190 milions d’habitants

Les enormes dimensions del Brasil fan que tot passi i es mesuri en escales gegants, les coses extraordinàries i les tràgiques. En aquesta geografia habitada per més de 190 milions de persones no hi ha un o dos pro­cessos de canonització per part de l’Església catòlica: en aquests moments es compten en 60 els casos de revisió.


Els brasilers solen subratllar la qüestió de les proporcions. Per això, la notícia de la fusió de les empreses alimentàries Perdigao i Sadía (d’ara endavant Brasil Foods) va venir amb l’anunci que juntes tindran una participació mundial més gran del 55% en la venda de productes industrialitzats de carn i del 26% en l’exportació d’aus.


El Brasil té una fàbrica d’avions, Embraer, que competeix amb Boeing i Airbus. I una petro­lera estatal, Petrobras, qualificada com la 25a companyia del món, amb 80.000 milions de barrils de reserves, en virtut dels enormes descobriments d’hidrocarburs a la plataforma marítima. I comptarà amb la principal força militar regional després d’adquirir moderns caces i un submarí nuclear francès.

Les negociacions del canvi climàtic

L’èxit va començar a forjar-se a finals dels 90, sota la presidència de Fernando Henrique Cardoso. Però és amb l’arribada de Lula al poder, el gener del 2003, que els somnis de potència es comencen a semblar a la realitat. Lula espera que, d’acord amb aquesta projecció, el país aconsegueixi la seva butaca al Consell de Seguretat de les Nacions Unides.

Com a part d’aquest lideratge és que la UE i el Brasil van coincidir a unir esforços en les negociacions sobre canvi climàtic que al desembre es mantindran a Copenhaguen. Lula va reiterar a Brussel·les el compromís de reduir un 80% la desforestació amazònica des del present fins al 2020.

L’últim mesurament de Desenvolupament Humà de l’ONU dóna compte que el Brasil es troba en la posició 75, per sota encara de l’Argentina, un país que, als anys 50, tenia el doble del producte brut que el seu veí més gran.

La xifra revela que, malgrat el salt cap al futur, al Brasil li falta molt per fer per reduir les desigualtats socials. L’anomenada Borsa renda impulsada per Lula ha permès, no obstant, que 30 milions de persones deixessin de ser pobres i 21 milions d’aquest total pertanyin a una classe mitjana que suma més del 50% de la població.

El triomf del 2002

L’octubre del 2002, després del seu primer i històric triomf electoral, Lula va dir que se sentiria realitzat si, a l’abandonar el poder, tots els brasilers tinguessin garantits els quatre àpats diaris, encara que siguin modestos. Lula acaba el seu segon mandat l’últim dia del 2010. I, a diferència del que passa en altres països de l’Amèrica Llatina, va frenar tota temptativa d’una reforma constitucional que li permetés accedir a un tercer mandat consecutiu.

La seva cap de gabinet, l’exguerrillera Dilma Roussef, pot convertir-se no només en la continuadora del llegat de Lula sinó també en la primera dona del Brasil que arriba al càrrec més alt de l’Estat. I si bé les enquestes no són per ara gaire generoses amb ella, molts creuen que el carisma presidencial i la seva arrasadora popularitat (ja supera el 80% després de l’efecte Rio) contribuiran a la seva consagració en els comicis de l’any que ve.

Fill del Brasil

Fins i tot els tenaços adversaris del president es rendeixen davant l’evidència: el 2009 serà recordat com l’any de Lula. I el 2010 començarà amb la seva imatge escampada per tot el país. Perquè l’1 de gener s’estrenarà Lula, fill del Brasil, pel·lícula produïda per Luiz Carlos Barreto i dirigida pel seu fill Fabio.

El film explicarà la vida del fill del paupèrrim nord-est que un dia, amb l’escola primària tot just acabada, va arribar a Sao Paulo i allà, al cor industrial del país, es va convertir en el líder sindical que va organitzar la primera gran protesta contra la dictadura el 1980. Aquest mateix Lula més tard va fundar el PT i, després de tres fracassos electorals, es va convertir en el president de qui tothom parla al món, fins i tot a South Park.

El film, basat en la biografia de De­­nise Paraná i protagonitzat per un actor novell (Rui Ricardo Dias), té un pressupost de gairebé cinc milions que van ser aportats per empreses privades: les constructores brasileres OAS, Odebrecht i Camargo Correa, i les multinacionals Volks­wagen, Ambev, Hyundai, Grendena i Souza Cruz. En ple idil·li nacional amb el president, s’espera que el vegin 20 milions d’espectadors.

jueves, 1 de octubre de 2009

Els silencis culpables


  1. Avui també es calla davant de fets que soscaven la justícia, les llibertats i la democràcia
MARÍA TITOS
MARÍA TITOS
JESÚS López-Medel*

Ara es commemora el 70è aniversari de l’inici de la segona guerra mundial. El primer acte va ser la invasió alemanya de la veïna Polònia el setembre del 1939. L’acte oficial, amb presència dels dirigents polítics europeus, va tenir per eix aquest episodi militar. També moltes de les anàlisis realitzades ho són en aquest registre. No obstant, crec que s’ha parlat molt poc, ara, de com es va fonamentar aquella bogeria que donaria lloc a 60 milions de morts. Les accions bèl·liques van començar llavors, encara que un any abans l’annexió d’Àustria i dels Sudets va marcar el rumb cap al qual, inexorablement, com a destinació gairebé obligada, es va encaminar la humanitat en una de les seves pitjors tragèdies col·lectives. Però tot va començar bastant abans.
Encara segueixo impactat per un dels llibres que aquest estiu ha caigut a les meves mans. Historia de un alemán (Memorias 1914-1933) és un relat esgarrifós i revelador de la situació d’Alemanya abans de l’arribada d’Adolf Hitler al poder per via democràtica, i les seves actuacions en els primers mesos. El text el va escriure Sebastian Haffner (pseudònim) i no seria descobert ni, per tant, publicat fins al 2000, després de la mort del seu autor. És terrible veure com un llibre escrit bastant abans de l’inici de la guerra analitza amb amenitat i gran lucidesa en primera persona les bases psicològiques, sociològiques i polítiques que van portar tota una nació a una bogeria.

En la gènesi d’aquell gran desastre tindria gran valor l’acord d’aquell mateix estiu, quan l’Alemanya nazi i la Unió Soviètica es van aliar i es van repartir el món. Això donaria ales a les ànsies expansives dels alemanys. D’una manera particular, les tres repúbliques bàltiques, Estònia, Letònia i Lituània, patirien amb una gran virulència les brutals repressions dels seus successius ocupants. El pacte es trencaria el 1941, i precisament la gran contribució i patiment de l’URSS va ser decisiva per derrotar el nazisme. Una altra cosa és que, a part de cobrar-s’ho després a Ialta, la intervenció soviètica estigués sustentada en una ideologia opressiva, i que Stalin fos, juntament amb Hitler, un dels assassins més grans que ha conegut la història. Però això és geopolítica i el que vull ressaltar aquí és la lliçó que n’hem d’aprendre.
Tal com he indicat abans, dono un gran valor a l’anàlisi del que va portar a produir els fets ocorreguts ara fa 70 anys. Hitler va arribar al poder després de les eleccions del 1933, sis anys abans de l’inici de la contesa bèl·lica. Però ja en aquell període, i fins i tot abans, es van anar conjugant els elements que desembocarien en el que ja coneixem. De tots ells, vull centrar la meva anàlisi en el silenci. El silenci covard, el silenci vergonyant, el silenci còmplice de molts va ser essencial perquè el nazisme anés arrasant l’ètica d’un poble que assistiria, inicialment callat i després enfervorit, al rentat de cervell col·lectiu propi avui de les sectes. La immensa majoria d’alemanys es va quedar al país. Només en van fugir alguns caps preclars, com el mateix autor del llibre, a qui el nazisme li semblava groller i dictatorial, tot i que acabaria, gairebé sense adonar-se’n, aixecant el braç i exclamant Heil Hitler. Feia la passantia per ser advocat i hauria de fer, com en tants altres sectors, cursos de «camaraderia» en què la consciència s’anava debilitant fins a sortir-ne adoctrinada o narcotitzada.
El silenci dels juristes, el silenci dels partits democràtics, el silenci de les esglésies, el silenci dels altres països d’una inexistent comunitat internacional. Van passar moltes coses en aquell llarg període fins al començament de la guerra, però sobretot es va registrar un desolador silenci interior i exterior. El fracàs que després seria la guerra es va assentar sobre ell. La insolidaritat dels grups inicialment no afectats per l’aniquilació col·lectiva va ser tràgica i premonitòria del que succeiria amb tots. Establert en la mentida, com qualsevol règim dictatorial, cal recordar com, evocant Neró, Hitler una nit va fer incendiar el Reichstag (Parlament). La propaganda va expandir que els autors havien estat els comunistes. Una mentida per prohibir-los i clausurar el Parlament. Silenci dels altres partits opositors. Va ser només una mostra d’aquella paràbola de Martín Niemöler: van venir a buscar els comunistes, però com que jo no ho era; van venir a buscar els jueus, però com que jo no ho era…

Els silencis davant de fets que soscaven la justícia, les llibertats i la democràcia en qualsevol país del món també són lamentablement reals avui en dia. Tapar la corrupció perquè són dels nostres; callar «per cortesia» davant dels rebrots feixistes que reneixen manifestament en comportaments totalitaris i immorals; no donar valor a la creixent i gravíssima censura i control dels mitjans de comunicació en alguns països llatinoamericans; acceptar que es pugui alliberar un terrorista libi pres per afavorir una empresa petrolera nacional; silenciar l’existència de detencions il·legals i presons fantasmes per enfortir l’amic entossudit en una lluita contra el terror com a coartada del «tot s’hi val», incloent-hi restriccions de drets elementals; mirar cap a una altra banda davant la clara regressió democràtica d’un potent país del qual tenim dependència energètica, etcètera.
El gran desastre de fa 70 anys es va fonamentar sobre molts factors. Però, sobretot, en el silenci de molts. Que sapiguem aprendre’n la lliçó.

*Advocat de l’Estat