jueves, 26 de noviembre de 2009

La dignidad de Catalunya

Después de casi tres años de lenta deliberación y de continuos escarceos tácticos que han dañado su cohesión y han erosionado su prestigio, el Tribunal Constitucional puede estar a punto de emitir sentencia sobre el Estatut de Catalunya, promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, rey Juan Carlos, con el siguiente encabezamiento: "Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado, los ciudadanos de Catalunya han ratificado en referéndum y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica". Será la primera vez desde la restauración democrática de 1977 que el Alto Tribunal se pronuncia sobre una ley fundamental refrendada por los electores.

La expectación es alta. La expectación es alta y la inquietud no es escasa ante la evidencia de que el Tribunal Constitucional ha sido empujado por los acontecimientos a actuar como una cuarta cámara, confrontada con el Parlament de Catalunya, las Cortes Generales y la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas. Repetimos, se trata de una situación inédita en democracia. Hay, sin embargo, más motivos de preocupación. De los doce magistrados que componen el tribunal, sólo diez podrán emitir sentencia, ya que uno de ellos (Pablo Pérez Tremps) se halla recusado tras una espesa maniobra claramente orientada a modificar los equilibrios del debate, y otro (Roberto García-Calvo) ha fallecido.


De los diez jueces con derecho a voto, cuatro siguen en el cargo después del vencimiento de su mandato, como consecuencia del sórdido desacuerdo entre el Gobierno y la oposición sobre la renovación de un organismo definido recientemente por José Luis Rodríguez Zapatero como el "corazón de la democracia". Un corazón con las válvulas obturadas, ya que sólo la mitad de sus integrantes se hallan hoy libres de percance o de prórroga. Esta es la corte de casación que está a punto de decidir sobre el Estatut de Catalunya. Por respeto al tribunal –un respeto sin duda superior al que en diversas ocasiones este se ha mostrado a sí mismo– no haremos mayor alusión a las causas del retraso en la sentencia.

La definición de Catalunya como nación en el preámbulo del Estatut, con la consiguiente emanación de "símbolos nacionales" (¿acaso no reconoce la Constitución, en su artículo 2, una España integrada por regiones y nacionalidades?); el derecho y el deber de conocer la lengua catalana; la articulación del Poder Judicial en Catalunya, y las relaciones entre el Estado y la Generalitat son, entre otros, los puntos de fricción más evidentes del debate, a tenor de las versiones del mismo, toda vez que una parte significativa del tribunal parece estar optando por posiciones irreductibles. Hay quien vuelve a soñar con cirugías de hierro que cercenen de raíz la complejidad española. Esta podría ser, lamentablemente, la piedra de toque de la sentencia.

No nos confundamos, el dilema real es avance o retroceso; aceptación de la madurez democrática de una España plural, o el bloqueo de esta. No sólo están en juego este o aquel artículo, está en juego la propia dinámica constitucional: el espíritu de 1977, que hizo posible la pacífica transición. Hay motivos serios para la preocupación, ya que podría estar madurando una maniobra para transformar la sentencia sobre el Estatut en un verdadero cerrojazo institucional. Un enroque contrario a la virtud máxima de la Constitución, que no es otra que su carácter abierto e integrador.

El Tribunal Constitucional, por consiguiente, no va a decidir únicamente sobre el pleito interpuesto por el Partido Popular contra una ley orgánica del Estado (un PP que ahora se reaproxima a la sociedad catalana con discursos constructivos y actitudes zalameras). El Alto Tribunal va a decidir sobre la dimensión real del marco de convivencia español, es decir, sobre el más importante legado que los ciudadanos que vivieron y protagonizaron el cambio de régimen a finales de los años setenta transmitirán a las jóvenes generaciones, educadas en libertad, plenamente insertas en la compleja supranacionalidad europea y confrontadas a los retos de una globalización que relativiza las costuras más rígidas del viejo Estado nación. Están en juego los pactos profundos que han hecho posible los treinta años más virtuosos de la historia de España. Y llegados a este punto es imprescindible recordar uno de los principios vertebrales de nuestro sistema jurídico, de raíz romana: Pacta sunt servanda. Lo pactado obliga.

Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa. Hay algo más que preocupación. Hay un creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una soñada e imposible uniformidad. Los catalanes pagan sus impuestos (sin privilegio foral); contribuyen con su esfuerzo a la transferencia de rentas a la España más pobre; afrontan la internacionalización económica sin los cuantiosos beneficios de la capitalidad del Estado; hablan una lengua con mayor fuelle demográfico que el de varios idiomas oficiales en la Unión Europea, una lengua que en vez de ser amada, resulta sometida tantas veces a obsesivo escrutinio por parte del españolismo oficial, y acatan las leyes, por supuesto, sin renunciar a su pacífica y probada capacidad de aguante cívico. Estos días, los catalanes piensan, ante todo, en su dignidad; conviene que se sepa.

Estamos en vísperas de una resolución muy importante. Esperamos que el Tribunal Constitucional decida atendiendo a las circunstancias específicas del asunto que tiene entre manos –que no es otro que la demanda de mejora del autogobierno de un viejo pueblo europeo–, recordando que no existe la justicia absoluta sino sólo la justicia del caso concreto, razón por la que la virtud jurídica por excelencia es la prudencia. Volvemos a recordarlo: el Estatut es fruto de un doble pacto político sometido a referéndum.

Que nadie se confunda, ni malinterprete las inevitables contradicciones de la Catalunya actual. Que nadie yerre el diagnóstico, por muchos que sean los problemas, las desafecciones y los sinsabores. No estamos ante una sociedad débil, postrada y dispuesta a asistir impasible al menoscabo de su dignidad. No deseamos presuponer un desenlace negativo y confiamos en la probidad de los jueces, pero nadie que conozca Catalunya pondrá en duda que el reconocimiento de la identidad, la mejora del autogobierno, la obtención de una financiación justa y un salto cualitativo en la gestión de las infraestructuras son y seguirán siendo reclamaciones tenazmente planteadas con un amplísimo apoyo político y social. Si es necesario, la solidaridad catalana volverá a articular la legítima respuesta de una sociedad responsable

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La Guerra Civil torna als diaris noruecs

La publicació del llibre "Mil dies" recorda la participació de Noruega al conflicte espanyol

Josep Coll | Oslo (Noruega), lector corresponsal | 25/11/2009 | Actualizada a las 14:31h | Lectores corresponsales

Tota la tragèdia humana, política i social relacionada amb la Guerra Civil espanyola ha estat una qüestió que sempre ha despertat gran interès a Noruega, des del mateix moment de la revolta franquista l'any 1936 fins a l"actualitat. Durant tots aquests anys ha aparegut un llanguíssim número de llibres d'autors noruecs parlant d'aquest tema, i traduïts d'altres idiomes. La recent publicació del llibre Les veus de Pamano, de Jaume Cabré -extraordinàriament elogiat per la crítica noruega- i de Tusen Dager (Mil dies), dels autors noruecs Jo Stein Moen i Rolf SÆther que s'acaba de presentar, no fan més que demostrar el constant seguiment que s'ha fet de la Guerra Civil. La televisió estatal NRK també ha participat últimament amb diversos programes tractant del mateix tema.

Val la pena remarcar que el primer dels dos autors citats és assessor d'opinió, i procedeix de l'ala esquerra del socialisme. Ha estat conseller de l'anterior primer ministre socialista Thorbjørn Jagland (actual secretari general del Consell d'Europa), del grup parlamentari socialista al parlament, i també conseller de l'actual primer ministre, el també socialista Jens Stoltenberg. El segon ocupà la direcció de l'Associació de Naviers, i posteriorment fou director del Fons de la Seguretat Social. És a dir, dos posicions ideològiques ben diferenciades de dreta i esquerra, que donen equilibri a les pàgines del llibre.

Mil dies, és una aportació nova a l'estudi de la Guerra Civil, bàsicament enfocat sobre la presència directa i indirecta de Noruega en el conflicte, recordant fins i tot el nom dels 200 soldats voluntaris d'aquest país que es van enrolar a l'exèrcit republicà, i no menys a tot el seguiment polític de la tragèdia, vista des de Noruega. Per altra part, recorda que s'enrolaren set voluntaris noruecs en el bàndol franquista. Són 370 pàgines, en les que els autors del llibre també aporten una visió internacional del conflicte, que asseguren tingué la següent repercussió: la lluita entre la República Espanyola i els revoltats dirigits per el general Franco aguditzaren les diferències ja existents entre els fronts polítics d'Europa.

Ha estat un voluminós treball de recopilació de dades que ha durat anys, estenent-se fins a la visita del president del govern espanyol José María Aznar a Oslo, l'any 2001. Al final fa referència a la iniciativa posada en marxa pel president actual, José Rodríguez Zapatero, sobre la revisió de la memòria històrica. L'idea bàsica és tractar amb detall la història dels noruecs que van anar a Espanya per allistar-se a les brigades internacionals, dels metges, membres d'equips sanitaris, periodistes i mariners, i no menys de les importants repercussions polítiques posteriors. És també l'estudi de la línia política seguida pel govern del llavors primer ministre Nygaardsvold i del Partit Socialista noruec, que es va veure forçat a escollir la política de neutralitat, enlloc d'adoptar una posició de solidaritat activa amb els seus col·legues espanyols. Recorda també que molts interessos comercials, ben aparellats amb els partits conservadors noruecs, es mostraren més interessats en assegurar el comerç amb l'Espanya franquista, que en ajudar a la República Espanyola. Per qualificar-ho d"una manera més expressiva i dura, es podrien recordar les paraules d"un dels més alts polítics republicans d"aquells temps, que considerava que els països que havien seguit la política de no-intervenció formaven part de l"Europa que havia traït a la República Espanyola.

Recorda el llibre que Noruega jugà un paper modest en la Guerra Civil, mentre que, per altra part, projectà llargues ombres sobre la consciència d'aquest país. Durant molts anys constituí un dels temes bàsics en el debat social noruec, fins a tal punt que repetidament dominava les primeres pàgines dels diaris. Es produí una mobilització del món cultural i artístic, un compromís a nivell popular, una controvèrsia política, crisi ideològica dins del govern, campanyes de lobbisme y complicacions de caràcter diplomàtic. El llarg període de govern de Franco, que va existir després de la Segona Guerra Mundial, esdevingué un trauma permanent per l'esquerra noruega.

Quina és l'idea bàsica perseguida pel llibre, que pugui complementar el ja voluminós material existent sobre la Guerra Civil, que com es pot veure encara continua sent notícia i motiu d'estudi a Noruega? La resposta es pot trobar al pròleg del llibre, quan assegura: "A l'Espanya d'avui el tema de la Guerra Civil continua sent una ferida oberta. Ara està per caure el 'pacte de silenci" que ha viscut Espanya, desprès de la mort de Franco l'any 1975. Al nostre país, Noruega, mai ha existit un 'pacte de silenci', relacionat amb la guerra espanyola".

S'exposa en les seves pàgines una qüestió de rellevància, que resulta interessant no passar de llarg, doncs continua tenint una actualitat aclaparadora i permanent dins del món polític mundial: es tracta del paper que van desenvolupar els lobbys noruecs durant la Guerra Civil, com a portaveus i defensors d'interessos concrets, que actuaren activament, sense escrúpols i amb notòria gran eficàcia, sobre els mitjans de comunicació. Eren creadors d'opinió a favor de Franco, influenciant sectors concrets de l'economia, una activitat que principalment portaren a terme les companyies navilieres noruegues. En fou la millor mostra la campanya que va tenir lloc a Noruega l'any 1937, amb el propòsit de desacreditar a la República Espanyola.

Al principi ningú discutia el caràcter feixista i retrograda de la revolta franquista, un fet que de manera progressiva fou hàbilment obviat, i posteriorment tergiversat per molts interessos econòmics, i no menys pels partits conservadors, que contaven amb la col·laboració activa i bel·ligerant de l'església catòlica noruega. Coincidència curiosa: quasi al mateix temps s'exposava al Kunstnernes Hus d'Oslo el quadre Guernica de Picasso, una etapa en el camí cap Amèrica. Aquesta campanya obtingué el resultat que buscava, dividint al govern socialista noruec, que finalment va haver d'optar per exactament allò que no volia fer: deslligar-se d'una política d'ajuda a la República Espanyola, i apuntar-se a la política de no-intervenció.

Per arribar a aquesta situació de rebuig contra el que amb màxima vehemència es denominava el perill comunista -que la quasi totalitat de la premsa atribuïa llavors a la República Espanyola- es magnificaren els problemes per els que passaven els interessos econòmics, i de manera concreta la marina mercant noruega. A fi de d'exposar-ho amb dades concretes i fidedignes, els autors de Mil dies han revisat a fons hemeroteques, documents oficials, arxius, referències de sessions parlamentaries, i altres fonts informatives que fins avui no s'havien consultat.

A principis de 1938 tingué lloc el Congrés dels Sindicats socialistes, on es criticà durament la política de no-intervenció, exigint que el govern de la República pogués comprar armes per defensar-se. Pocs dies després, el ministre d'Afers Exteriors amenaçava amb la seva dimissió, si no obtenia autorització per enviar un delegat comercial prop del govern de Franco. No es produí ni dimissió ni crisi governamental, però sí que s'agreujaren les diferències al Partit Socialista noruec, amb la major part de les seves més representatives figures a favor de la República. Paral·lelament tenia lloc una gran activitat per part dels socialistes, a escala nacional, recollint diners per diverses activitats d'ajuda humanitària a la República.

Al llarg de les seves pàgines, el llibre recorda declaracions i articles apareguts a la premsa noruega, reproduint informacions hàbilment preparades a fi de forçar al govern socialista a mantenir la política de no bel·ligerància, en relació amb la Guerra Civil. Es posa de relleu que molts dels temors econòmics presentats com fets reals, moltes vegades eren ficticis o exagerats, que exposaven un temor més que una realitat. Una coneguda figura política noruega d'aquell temps, Vidkum Quisling, nom que posteriorment esdevingué sinònim de "traïció", se sumava a aquest moviment de pressió sobre el govern noruec, mostrant-se partidari del reconeixement de Franco.

Assegurava aquell polític, posteriorment molt recordat per la seva col·laboració amb Hitler durant l'ocupació nazi de Noruega, que "últimament quasi han desaparegut les exportacions a Espanya, i la marina mercant noruega no pot usar els ports espanyols, que abans eren els més importants pel seu tràfic per mar". Senyalava també que a l'Espanya de Franco hi havia "la part més important de l'industria de l'oli d'oliva, tant important per l'industria noruega de la preparació de peix, per no oblidar altres productes d'exportació a Espanya, com la cel·lulosa, la pasta de paper i el peix". Arrodonia la seva argumentació atacant violentament al govern socialista noruec, que "per la seva ideologia marxista deixava de protegir els interessos de Noruega, retardant el reconeixement del govern nacionalista espanyol, que sense cap dubte dintre de poc dominarà tot el país".

Tota aquesta campanya havia començat amb motiu de la importació de raïm espanyol, que s'havia hagut d'efectuar amb vaixells anglesos "degut a que els noruecs no ho podien fer". I així continuà aquesta campanya contra la República Espanyola, en la que van participar molts sectors de l'economia noruega, com per exemple els exportadors de bacallà. De manera sistemàtica i continuada s'enviaven textos als diaris del país, degudament diferenciats i de fàcil comprensió entre els lectors de cada regió als que anaven destinats, acompanyats d'eloqüents títols, com per exemple: "Ha perdut Noruega el mercat del transport marítim a Espanya?". Segons els autors del llibre, el que realment es valorava no era precisament la qüestió econòmica, sinó la importància que tenia el prendre posicions, abans de que Franco guanyés la guerra. El dia 31 de març del 1939 Noruega reconegué oficialment el govern de Franco.

Avergonyits segurament per aquells fets, Noruega recomençà al final de la Segona Guerra Mundial la lluita contra el regim franquista, de manera especial a les Nacions Unides. A partir d'aquell nou moment històric, a Noruega ja ningú defensà al règim espanyol, i va aparèixer un front d'actuació comú en el que tots participen: que la democràcia torni a Espanya, democràcia que ja feia temps havia mort.

En les 370 pàgines del llibre trobem temes d'especial relleu, com el de l'Hospital Sueco-Noruego a Alcoi durant la Guerra Civil. El mateix es pot dir sobre els 2.000 soldats que formaven la legió estrangera francesa que lluitaren a la batalla de Narvik, al nord del Cercle Polar. Després d'una dura lluita, aquells soldats aconseguiren la primera victòria aliada contra les tropes de Hitler, i en aquest punt el llibre posa èmfasi en el fet que molts d'ells eren soldats procedents de l'exèrcit de la República Espanyola, que s'havien refugiat a França després de la derrota. Recorda que el número d'espanyols dins de la legió era molt nombrós, i va ser el primer contingent en entrar triomfant a Narvik, després de durs combats contra tropes alemanyes d'elit. Menciona també que al cementiri de la legió estrangera francesa, a Narvik, es poden veure moltes tombes amb noms de soldats espanyols.

No falten tampoc amples referències a la labor informativa portada a cap pels corresponsals de guerra noruecs, homes i dones, desplaçats a Espanya durant la Guerra Civil. Entre ells Willy Brandt, que es trobava a Barcelona durant els tràgics i caòtics dies de maig del 1937. De nou a Noruega, Willy Brandt parlava de què hi havia coses que mai podria oblidar, com la bellesa de Catalunya, i el fort sentiment per la llibertat que tenien els espanyols. També es fa referència a la descripció que aquelles dones periodistes van fer del bombardeig de Guernica per la legió Kondor, enviada per Hitler per ajudar a què Franco guanyés la mal anomenada Guerra Civil. No falten tampoc descripcions de la sagnant batalla de Madrid, de l'Ebre, etc.

Per la redacció de Mil dies s'ha buscat informació a molts arxius internacionals, i en el que fa referència als d'Espanya s'han consultat l'Archivo General de la Guerra Civil Española, l'Arxiu Nacional de Catalunya, el Museu d'Historia de Catalunya, i altres institucions, a Valls, Gandesa i Albacete. I entre moltes referències de diaris mundials hi ha La Vanguardia del 9 de novembre del 2008

PERFIL DE JOSEP COLL


Professió: Jubilat
Visc a... Un pas d'Oslo, Noruega
Des de... Bona part de la meva vida
El millor de Noruega: La tranquilitat i el lluminós estiu nòrdic
El pitjor de Noruega: Les carreteres gelades i el llarg hivern


domingo, 22 de noviembre de 2009

Discurso homenaje a Ernest Lluch


Alocución del presidente de la Generalitat, José Montilla, durante el acto en memoria de Ernest Lluch celebrado en Maià de Montcal

JOSÉ MONTILLA 22/11/2009

Buenos días amigos y amigas, Ahora hace un año, en este mismo lugar, recordábamos el carácter polifacético de Ernest.

José Montilla Aguilera

José Montilla Aguilera

Recordábamos como resultaba imposible, al hablar de él, separar al intelectual del barcelonista; al político, del profesor; al economista del tertuliano.

Y cómo los diferentes paisajes de su trayectoria vital (Vilassar, Barcelona, Valencia, Girona, Madrid, Santander, Donosti o Maià), formaban un todo continuo. Porque todo le interesaba, porque nada era ajeno a su curiosidad intelectual.

Aún así, en esta aparente dispersión temática y geográfica, en esta imagen de sabio despistado que tanto le gustaba cultivar, latía una enorme coherencia ideológica y de valores.

Fue esta coherencia la que inspiró, tanto su compromiso político, como su búsqueda intelectual y su vertiente divulgativa. Fue esta misma coherencia suya la que se hacía insoportable para los que lo asesinaron.

Coherencia, por ejemplo, en la defensa del pacto constitucional como el mejor camino posible para el triunfo del consenso sobre los esencialismos de uno y otro signo. Como el marco de convivencia para los pueblos de España. Por eso defendió, en todas partes, la opción de un "constitucionalismo útil", generoso, flexible e integrador.

Hoy, cuando los posicionamientos como el de Ernest no parecen estar de moda, nosotros nos reafirmamos en su defensa, con la misma coherencia y con el mismo convencimiento testarudo de Ernest.

De aquí nuestro compromiso con el Estatut que votaron los catalanes. De aquí, nuestro malestar ante aquellos que pretendan menospreciar la voluntad democrática de los catalanes expresada en las urnas, que apoyaron el año 2006 un texto negociado entre el Parlament de Catalunya y las Cortes Generales, y aprobado por éstas como ley orgánica.

Quiero recordar que nuestra constitución proclama en su preámbulo la voluntad de "proteger a todos los españoles y los pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones".

Tenemos una constitución que quiere proteger a los pueblos de España y no tiene que servir de pretexto para recortar el autogobierno acordado entre dos cámaras legislativas y refrendado por el pueblo.

Miquel Roca, uno de los ponentes constitucionales, en motivo del vigésimo quinto aniversario de la Constitución, decía que "reconocer, respectar y facilitar el desarrollo de esta concepción plural de España es la máxima manifestación de lealtad constitucional".

Aquí encontramos uno de los pilares de la situación que vivimos hoy: admitir o negar, propiciar o bloquear el desarrollo de la concepción plural de España.

Porque una visión restrictiva del carácter abierto e inclusivo de la Constitución española, una visión que cierre el paso a la concepción plural de España sería el peor servicio que se podría hacer a la propia Constitución.

Defender la Constitución española es promover su espíritu integrador, plural, abierto y acogedor. Utilizarla en sentido contrario es ponerla en peligro.

Quiero recordar, por tanto, a aquellos que tienen la alta responsabilidad de velar por la constitucionalidad de nuestras leyes que la interpretación de la Constitución no tiene que dañar en ningún caso el carácter abierto e inclusivo del texto constitucional.

La Constitución que "reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones", tiene que ser leída desde la mirada generosa de los que la votamos, al servicio de un pacto político y de un proyecto compartido.

Lo que ayer fue escrito, acordado y votado para unir, no puede servir hoy para dividir. Éste es el verdadero espíritu constitucional. Espero que nadie dañe de forma temeraria e imprudente este espíritu.

Y por eso mismo, perseveramos y perseveraremos en la defensa de nuestro Estatuto. Quien pretenda reducir la presente situación a una nueva fase del denominado "problema catalán" se equivoca.

Éste no es un problema exclusivamente nuestro, según y como, ni principalmente nuestro, sino una cuestión que atañe, en primer lugar, a todas las instituciones del Estado y a todos los españoles, ya que de ella se derivará en el futuro este proyecto español común de convivencia en la diversidad.

Por eso, desde el máximo respeto por la institución y su mandato constitucional, no puedo dejar de lamentar y de expresar la gravedad de la situación a la que nos están llevando el retraso y las filtraciones interesadas sobre el Estatut aprobado por el pueblo de Catalunya.

Nadie puede ignorar la histórica responsabilidad que tiene el Tribunal ante la sentencia del Estatut. No se puede ignorar una realidad irrefutable: por primera vez en 30 años han de pronunciarse sobre una ley refrendada por el pueblo. Una ley refrendada por el pueblo de Catalunya que es la ley que configura nuestro autogobierno.

Tanto la excepcionalidad de la ley, como la excepcionalidad de la actual situación del Tribunal, obligan a que el respeto a su función y el acatamiento de sus decisiones vayan acompañados de la máxima prudencia y sentido de Estado.

Es la hora de la responsabilidad histórica.

Acabo con unas palabras de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, otro ponente constitucional, cuando recuerda que "la propia finalidad de la norma se desvanece, si su letra no puede ser interpretada [...] a la luz de la realidad social del tiempo en que tiene que ser aplicada". Confío que este sea el criterio que finalmente se imponga.

Los catalanes y las catalanas dijimos claramente cuál es el Estatut que queremos. Un Estatut aprobado por el Parlament, negociado con el Congreso y el Senado y acordado por las Cortes Generales, que al votarlo lo consideraban plenamente constitucional. ¿Estamos todos equivocados? Estoy seguro que no.

Ernest Lluch, que tantas y tan apasionadas polémicas había mantenido con Miguel Herrero, seguramente hoy estaría bien presente en el debate, defendiendo encarnizadamente el constitucionalismo útil y, precisamente por eso, Ernest estaría hoy defendiendo la constitucionalidad de nuestro Estatut.

Un país y una sociedad se reconoce en sus referentes y en el trato que les dispensa. En este sentido, pienso que los catalanes, y en especial los socialistas catalanes, hemos sabido conservar la memoria de Ernest de la mejor manera posible: manteniéndonos fieles a los ideales compartidos. Eran los suyos. Eran y son los nuestros.

Y con este espíritu nos tenemos que saber guiar, para seguir reclamando respeto por lo que somos y por lo que, como pueblo hemos decidido y dicho que queremos ser.

Muchas gracias.

martes, 17 de noviembre de 2009

"Ser 'pirata' es mucho más que oponerse al canon"

El embrionario Partido Pirata español apuesta por modificar la Ley de Propiedad Intelectual, pero también por una democracia participativa

MIGUEL ÁNGEL MEDINA - Madrid - 17/11/2009

El reciente éxito del Partido Pirata sueco, que consiguió representación en la Eurocámara, y, en menor medida, del alemán, ha puesto en boca de todos a una formación que está presente ya en 27 países. También en España. ¿Quiénes son los piratas españoles? Por ahora, un partido con 133 afiliados y todavía sin sede que no pudo presentarse a las últimas elecciones por falta de firmas. Pero también un grupo de personas convencidas de que es sólo "cuestión de tiempo" emular aquí los resultados del país nórdico y elevar al debate parlamentario sus propuestas de eliminar el canon digital y potenciar el software libre. "Queremos llevar la revolución de Internet a la vida democrática", resume su presidente, Carlos Ayala, para quien ser pirata "es mucho más que estar a favor del libre intercambio de archivos".

Ayala, un ingeniero técnico de Comunicaciones de 29 años y con un trabajo a tiempo parcial, preside la Junta Directiva Nacional del Partido Pirata español. Aunque la formación existe desde enero de 2007, todavía está lejos de alcanzar los resultados que han sorprendido al mundo. "Es cierto que no tenemos muchos afiliados", comenta el presidente, "pero más de 3.000 personas se han registrado ya en la web, y los simpatizantes son muchos más". Además, recuerda que el Partido Pirata alemán "también tenía pocos afiliados, unos 900, antes de conseguir más de 200.000 votos en las últimas elecciones. La diferencia está", continúa, "en que ellos tenían una buena estructura de base, con gente en todo el territorio nacional, y eso todavía tenemos que conseguirlo nosotros".

Por eso, su principal objetivo ahora es dar visibilidad a su proyecto en todo el país. "Tenemos ya agrupaciones locales en Madrid, Cataluña y Aragón", dice el responsable de Relaciones Públicas del partido, Ignacio Blanco, "mientras que se están formando en otras ocho comunidades". Estos grupos serán los encargados de sacar a las calles un debate que ya se está haciendo en Internet: la mayoría de las reuniones se realizan de forma telemática a través de una especie de chat, mientras los distintos grupos de trabajo estudian cuestiones más concretas en un foro al que se accede desde su página web.

El 'ideario' pirata

¿En qué consiste el ideario pirata? "Los piratas no somos sólo quienes queremos quitar el canon", responde Ayala, "defendemos las libertades públicas, los Derechos Humanos, la transparencia, la modificación de las patentes informáticas, y apostamos por la Sociedad de la Información". Una apuesta clara por Internet: el discurso suena similar al de otros partidos homónimos, pero con un mayor hincapié en la participación ciudadana. "Los piratas suecos negociaron con otro partido, Los Verdes, y dijeron que seguirían su ideario en los aspectos que quedaban fuera de su programa", continúa el presidente, "nosotros tenemos prohibidos los pactos de legislatura y los gobiernos de coalición en nuestros estatutos".

Su propuesta para tomar las decisiones que queden fuera de este ideario es la Iniciativa Legislativa Ciudadana, una herramienta muy parecida a la Iniciativa Legislativa Popular: serán los propios afiliados quienes propongan las medidas que les interesen; luego, habrá un debate y una votación, que debe tener un amplio consenso. "Si se cumplen los requisitos, el partido va a tomar esa iniciativa y la va a defender allá donde tenga representación", explica el presidente, "lo que no tiene sentido es que, como ahora, haya una propuesta respaldada por 500.000 firmas y el Congreso pueda rechazarla sin siquiera debatirla". En su opinión, esto supondría "llevar la revolución que ha supuesto Internet a la vida democrática". "La verdadera pregunta es si la sociedad madura para la democracia. Si es que sí, no hay que tenerle miedo a lo que diga la gente", señala.

"Piratear no es robar"

El principal caballo de batalla de la formación es la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual y la eliminación del canon digital, una medida "opuesta a la voluntad popular" y contra la que se reunieron tres millones de firmas. "En contra de lo que dicen algunos, piratear no es robar, esa mentira tiene la pata muy corta", explica Ayala. "Según el Código Penal, compartir archivos por Internet es perfectamente legal" mientras no exista una finalidad comercial, "así que quien llama ladrones a quien se baja música por Internet está mintiendo".

Según el ingeniero, "lo que hay que pensar es si el modelo de negocio de la industria del entretenimiento es el correcto", pero "echarle la culpa al ciudadano no es justo", sino que "son las empresas las que tienen que adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad". Y, por supuesto, rechaza que se pueda cortar el suministro de Internet a quien comparta archivos, tal y como se ha propuesto en otros países europeos. Para defender estas ideas, los piratas españoles intentarán presentar candidaturas en las elecciones de 2011. "La pregunta es cuánto tardaremos en lograr los resultados de Suecia, pero antes o después, eso sucederá", dice Ayala.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Un estudi revela que Barcelona atrau 18,4 milions de visitants a l’any


  1. La primera fase del pla estratègic conclou que s’ha de gestionar millor l’èxit del sector
  2. Els viatgers gasten 20 milions d’euros al dia malgrat que 7,5 milions no pernocten a la ciutat
Un vehicle per a turistes passa per davant del Liceu, el juliol passat. Foto: ARXIU / cesc giralt
Un vehicle per a turistes passa per davant del Liceu, el juliol passat. Foto: ARXIU / cesc giralt
Si desitja veure el gràfic en PDF faci un clic a la imatge.
Si desitja veure el gràfic en PDF faci un clic a la imatge.
PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

Són 18,45 milions, molts més dels que es quantifiquen oficialment als centres hotelers de Barcelona, i deixen cada dia uns 20 milions d’euros a la ciutat. Els turistes s’han convertit en un dels motors de l’economia local, ja que generen entre 80.000 i 100.000 llocs de treball i situen Barcelona com a destí imprescindible. Però també han generat veus crítiques i han massificat zones de la ciutat per excés d’èxit. El diagnòstic del Pla Estratègic de Turisme de la ciutat de Barcelona 2010-2015 revela xifres espectaculars i també la necessitat urgent de posar mitjans per millorar la gestió del turisme abans que sigui tard, tant desconcentrant-lo de zones saturades com ensenyant als visitants els seus drets i deures.
L’amplíssima radiografia del sector elaborada durant els últims mesos i que la setmana que ve es presentarà a l’ajuntament ha sorprès, per començar per la quantificació del fenomen, explica el coordinador del pla, l’exregidor Enric Truñó. «Els visitants són molts més dels que es quantifiquen als hotels, tant si s’allotgen com si vénen a passar-hi el dia», explica. Els que no pernocten a la ciutat (arriben procedents d’altres localitats i es consideren excursionistes d’un dia) van sumar 7,5 milions el 2008. Fins i tot entre aquells visitants que pernocten, un 40% ho fa en apartaments, pensions i cases de coneguts. En total, són tants que la seva presència es podria desbordar als principals focus turístics de la ciutat, en particular a Ciutat Vella, que ha merescut un capítol sencer en aquest extens informe diagnòstic, que servirà per tenir a punt, abans de la revetlla de Sant Joan, el pla d’accions per millorar la gestió del turisme.

10% DEL PIB / Entre l’allau de xifres
–en molts casos obtingudes a través d’estudis de la Universitat de Barcelona i altres organismes– s’ajusta la contribució del sector al PIB, que suposa un 10%, i es constata el creixement imparable de l’impacte econòmic del turisme. Si el 2001 va generar una facturació de 2,8 milions d’euros, el 2007 ja en van ser 5,8. En l’actualitat, l’activitat turística genera de 18 a 22 milions al dia. I els llocs de treball que proporciona a la ciutat són comparables als llocs del sector automobilístic, l’agricultura o la indústria química de tot Catalunya.
L’informe també compara l’evolució de Barcelona davant d’altres grans ciutats competidores i arriba a la conclusió que la capital catalana és «la que més ha crescut en termes relatius des del 2000 fins al 2008», afegeix Truñó. L’expert recorda que, després dels Jocs Olímpics del 92, l’objectiu era «atraure el màxim de visitants», mentre que a partir d’ara, després de l’èxit numèric, el repte és «gestionar-lo bé», tant pel que fa a l’impacte a la ciutat com als efectes en l’espai públic.
Després dels incidents de l’estiu (marcat per la visible presència de turistes de baix de nivell buscant festa, prostitució i borratxera), l’informe apunta que la ciutat «és capaç de repensar» el seu model turístic. Puntualitza que la visió exterior que es té de Barcelona es vincula a cosmopolitisme, creativitat i innovació, atractiva per viure-hi. En canvi, malgrat que la ciutadania és conscient de la importància estratègica del sector turístic, les opinions estan polaritzades, amb veus crítiques.
Per reconduir aquesta situació, els visitants han de conèixer els seus «drets i deures» i també que la ciutat «té moltes possibilitats i recursos potencials per afavorir una desconcentració dels atractius turístics». En set mesos, aquesta teoria es traduirà en propostes d’acció.